Encabronadísima

A veces las amigas se pasan de lanza

Cómo me choca la indecisión en cosas tan pendejas.

Ya me hicieron perder una noche, y me hicieron arreglarme de oquis para un evento al que realmente tenía mucha ilusión de ir, porque me iba a encontrar con cierta persona a la que tengo muchas ganas de ver, y todo para que al final por la puta indecisión no se hiciera nada(ahora sí puedo decir que de parte de ellas, no mía).

neta que tengo un nudo en la garganta, otra noche arruinada.

Me hubieran dicho de una vez que no querían ir, y ya. Y no hacerme perder el tiempo.

Noche aburrida

Esta noche en un antro conocido de la ciudad, será el party de bienvenida de mi facultad, junto con derecho y no recuerdo que otra escuela más. El caso es que tenía pensado ir, ya hasta tenía pensado el ajuar que me iba a poner, pero a la mera hora mis amigas se echaron para atrás( va a estar muy lleno, no tenemos dinero, que weba y así) y pues yo ya me visualizaba allá XD, bailando y con mi tequilita en la mano.





Pero no, aquí estoy en la compu, aburridísima, mientras todos se divierten allá en el antro.



Lo bueno de no ir: Lo bueno es que no me voy a desvelar, ya que mañana entro a las 7am(aunque de todas maneras no me hubiera importado desvelarme, de todas maneras siempre me levanto temprano si hay escuela al día siguiente)

Lo malo de no ir: No estar con mis amigos echando cura y lo que me cala más es que me voy a perder de poder admirar a mucha gente hermosa que estará en ese lugar :X

Ahh, no se vale

Buen viaje, perra hermosa

El 31 de julio viste la luz por última vez. Ha pasado apenas un día y siento que las cosas ya no son iguales. Ayer por fin descansaste de tus dolencias, y el cielo de los perritos te espera...


Sin embargo, es tan difícil recordarte sin llorar. Trato de no traer a mi mente esa imagen cuando mi papá dijo: "Ya. Ya la voy a llevar", y yo tomándote en mis brazos y dejarte en el asiento del carro, mientras me mirabas con tus ojitos suplicantes y comenzabas a temblar. Siempre temblabas cuando te llevábamos al veterinario, pero ahora sí había una razón para hacerlo. Te llevaron a las 11 de la mañana, pero no te llegó la hora hasta las 4 de la tarde. 5 horas terribles y agónicas para los que habitamos esta casa. La incertidumbre me invadió hasta que se convirtió en una colitis molesta. Me destroza pensar que estuviste 5 horas encerrada en una jaula, esperando como un reo caminar por el pabellón de la muerte. Y me destroza aún más, el hecho de que moriste sola. Estoy llorando horrible, porque te imagino en la plancha de observación ,temblando ante la presencia del doctor, sin saber qué era lo que te iban a hacer, sin nosotros acompañándote. Y luego, ya cuando mi papá te trajo del veterinario, ya estabas muerta. Te mirabas tan flaquita...y aún estabas calientita. La hora del entierro fue tristísima. Todos te lloramos. Te enterramos en el jardín. Estuve acariciándote por última vez largo rato. Finalmente mi papá te depositó en el hoyo y te cubrimos con flores, para después arrojar tierra sobre ti.


Qué difícil es. En la mañana que desperté lo primero que vi fue tu camita, pero ya no estabas. Ya no te miré revolcándote en ella, ni acomodándote para encontrar tu lugar...


Gracias por estos 12 años que nos diste felicidad, y nos alegraste cada día. Ya no va a haber otra perrita como tú. Ya no va a haber quién nos reciba con alegría cada vez que lleguemos a la casa; ahora cada que llegue de la escuela después de un día pesado va a ser tan deprimente porque no veré tu carita y tus ojos de canica... ya no va a haber quien ladre cada que alguien timbre. Tus ladridos: eso es lo que extrañaré más... Antes cuando me quedaba sola en la casa, se escuchaba silencio, pero sólo se escuchaba, no se sentía, porque ahí estabas, ya fuera dormida o sentada, y el silencio desaparecía cuando caminabas o ladrabas. Ahora la casa en verdad se sentirá vacía y en verdad estará silenciosa porque tu presencia física ya no estará.


Sólo nos van a quedar tus recuerdos: Cuando te sacábamos a que hicieras tus necesidades al jardín y tú te emocionabas porque podías estirar tu cuerpo y correr después de mucho tiempo de estar dentro de la casa y corrías y corrías con efecto aerodinámico; o cuando dabas piruetas como perra cirquera porque querías ya fuera comer o salir a hacer tus necesidades; o cuando alguno de nosotros estábamos comiendo y tú te nos parabas enfrente o al lado y nos mirabas exigentemente esperando a que te dieramos de lo que estabamos tragando; o cuando cada que llegaba un niño a la casa tu huías o les gruñías, :) siempre fuiste una gruñona y nunca te gustaron los niños; o cuando mordías nuestros tobillos cuando querías jugar y mordías mis calcetines; o cuando nos acostábamos en el piso de la sala y tú venías corriendo y te nos ponías encima; o cuando te echabas y estirabas tus patitas, nunca había visto a un perro hacer eso, abarcabas exactamente 3 cuadros y medio de loseta; o el sonido que hacías cuando tomabas agua; o el sonido de tus pisaditas por el pasillo; o cuando te cargábamos y nos dejabas la ropa llena de pelos; o cuando salíamos de vacaciones y te dejábamos con la vecina para que te cuidara en nuestra ausencia; o cuando querías jugar con el Blacky y no te hacía caso XD; o cuando llegaba algún extraño para tí y que a pesar de ser tan chiquita empezabas a ladrar bien fiera como si fueras Doberman; o cuando ponías tu nariz mojada y fría en nuestra pierna; o cuando estornudabas y se te movía todo el pelambre; o cuando te bañaban y te mirabas bien chistosa con el pelo todo pegado al cuerpo haciéndote parecer una ratita pelona... Tantos recuerdos que aún me faltan por escribir...


Pero te fuiste haciendo vieja, y poco a poco los juegos y la agilidad fueron desapareciendo. Ya te costaba más esfuerzo. Y empezaron los achaques de la vejez: te empezaste a orinar dentro de la casa, y tú sabías que eso no se debía de hacer, y te ponías triste cuando te regañábamos, pero no podías evitarlo. Tu vejiga estaba dañada. Enflacabas cada vez más. Ya no querías comer. O más bien, sí querías comer, pero todo lo que te dábamos lo vomitabas porque tu estómago estaba cada vez más débil. Cada vez te costaba más trabajo caminar y llegué a escuchar alguna vez que te quejabas .Sin embargo, yo no sé cómo tuviste la fortaleza suficiente para seguir caminando y hacernos compañía. Un tumor cancerígeno te invadía y ahí estabas al pie del cañón. Algunos días regular, otros excelente. Pero ayer te miramos realmente mal. Nunca sabré si todavía querías seguir en este mundo, si así fue, perdónanos, pero ya no podíamos verte sufrir así...


Te extrañaremos no sabes cuánto. Pero tu espirítu, tu olor y tu esencia seguirá. Porque no te has ido totalmente. Aquí sigues, y tu cuerpo está donde perteneció siempre y en donde siempre quiso estar: en la casa.




No sé cuándo dejaré de llorar. Ya me duele la cabeza...
 

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